La arquitectura tradicional o Vernácula trabaja en pro de los Saberes Constructivos Ancestrales ya sea en la restauración de casas, edificaciones y espacios públicos de valor histórico; o bien en la realización de obras nuevas, basadas en lo tradicional.
Arquitectos, ingenieros y constructores en equipo con Maestros Constructores tradicionales, aprender unos de otros; creando obras arquitectónicas donde la tierra, la piedra y la madera mantienen sus técnicas ancestrales pero se equilibran y resaltan en diseños modernos.
Como Pueblo Patrimonio, el casco histórico Barichara está protegido por una normativa, pero la comunidad local debe convertirse en veedora, reconociendo y apropiando el tesoro arquitectónico como escencia de la identidad cultural Patiamarilla.
El paisaje Arquitectónico es el principal atractivo para el Turismo Cultural en Barichara,. Sin olvidar que tras la belleza de sus casas y capillas coloniales o sus calles, parques, catedral y monumentos en piedra; están los Sabedores ancestrales y contemporáneos que mantienen viva la tradición y la historia.
Los turistas pueden hacer recorridos con Guías expertos quienes les narraran las historias tras cada construcción y profundizar más en experiencias con constructores, donde pueden conocer los materiales, las técnicas y poner manos a la obra en un taller práctico.
¿Qué hacer?...experiencias:
¿Qué hacer?...experiencias:
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Maestros Constructores
Con su Sabiduría, juntan elementos naturales y manos expertas, para crear obras extraordinarias.
Los Maestros constructores en Barichara llevan en su experiencia de años, todos los saberes de las técnicas constructivas ancestrales, indígenas y españolas. Conocimiento recibido de sus padres, abuelos o como aprendices talentosos y dedicados, de otros maestros expertos.
Maestros Constructores
Con su Sabiduría, juntan elementos naturales y manos expertas, para crear obras extraordinarias.
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El oficio de Maestro de Obra se perfiló en el siglo XIII en el apogeo de la arquitectura gótica. Su carrera empezaba como aprendiz a los 14 años, con trabajos sencillos y bajo la supervisión de expertos. Tras 5 años, si demostraba habilidad en su oficio, se convertía en oficial, título que otorgaba el maestro. A los 20 años, ya podía realizar trabajos especializados, como cantero o escultor, si tenía la habilidad requerida.
El arquitecto creaba los diseños, elaboraba los planos, pero el maestro constructor los hacía realidad. Se servía de la piedra, la madera, el hierro, la cal y la arena; y con la sola ayuda de la escuadra, el compás y la regla era capaz de concebir un recinto con las correctas proporciones, dimensiones y orientación.
En Barichara, el proceso de aprendizaje de los Maestros se mantiene igual, hasta convertirse en valiosos referentes de actuales y nuevos constructores, así como de Arquitectos e ingenieros, que los veneran con gran respeto, admiración y como modelo a seguir.
Los maestros empezaron en la construcción desde niños, acompañando a sus padres, jugando en las obras a ser constructores. O como aprendices,”contrapisones”, empezando con tareas básicas como cargar tierra para las tapias “surroneros”, recibir y almacenar materiales, partir caña, etc. Una forma de probar su voluntad y demostrar su real interés en el aprendizaje. Así, van subiendo de nivel a obreros, oficiales, hasta Maestro.
Los Maestros Constructores deben conocer muy bien todas las técnicas ancestrales: tapia pisada, bahareque, adobe, pañetes, muros en piedra, techos, así como los requerimientos modernos: hormigón, electricidad, tuberías, planos y normas. O conformar una buena cuadrilla con expertos en estos saberes y obreros comprometidos.
Además de enseñar -más con el ejemplo, la observación y la práctica, que con explicaciones-, los Maestros de Obra deben planificar y organizar las tareas con su cuadrilla de trabajo, coordinar materiales y proveedores, controlan los avances y calidad y reportar requerimientos y presupuestos con dueños y arquitectos.
Un buen maestro conforma una familia con su cuadrilla. La alegría, chistes y música de fondo es permanente: ranchera, carranga o vallenato, pero con la continua vigilancia del maestro pendiente de la protección, bienestar y entendimiento de todos.
Con los años, 70 o 80 acumulados, cuando ya han cumplido su tarea y las fuerzas, la salud o la familia empiezan a insistir en el retiro, igual se mantienen atentos a visitar las obras para dar guía y orientación. O para recibir la visita de sus pupilos ahora maestros.
Estudiantes de Arquitectura e Ingeniería, así como turistas interesados en las técnicas constructivas coloniales, visitan, escuchan y aprenden de los Maestros y de la cultura Patiamarilla.
Bibliografía:
-Entrevistas maestros: Clímaco Gómez, Gerardo Gómez, Juan González, Cesar Quiñonez - Barichara
-https://historia.nationalgeographic.com.es/a/masones-constructores-catedrales_6237